Estimados lectores, he estado flojo, porque he tenido muchas cosas en estos días, pero tengo mi cabeza llenas de ideas que serán transmitidas a mis dedos en los próximos dias. También estare escribiendo sobre el escuadrón de la vergüenza.
Gracias por sus seguimientos y las lecturas que hacen a este blog.
Raul
martes, 23 de agosto de 2011
miércoles, 3 de agosto de 2011
Gran hazaña
Normalmente los grandes amantes han resaltado en la historia. Uno de ellos Porfirio Rubirosa, (a quien personalmente admiro) quien gozo de la fama de estar entre los corazones y las piernas de las mujeres más poderosas y bellas del mundo. Rubi adoraba la prensa, amaba la publicidad. Nuestro gran amigo, Pedro, por el contrario, disfruta mantener un perfil bajo, debido a que esto ayuda a sus nuevas conquistas.
Pedro luego de conocer el sexo, comenzó a experimentar nuevas posiciones, nuevos lugares y eventualmente, una de Gran Azaña.
En verano de 1995 mientras pasaba unos días de vacaciones por las playas del este con su familia, Pedro experimentó uno de los más grandes placeres que a la fecha había conocido. Un día en la discoteca de un hotel en la playa comenzó a hablar con unas jóvenes extrajeras provenientes de Canadá.
Estas jóvenes eran muy extrovertidas y hermosas, gustaban en llamar la atención de todo el mundo a su alrededor. Ese llamado inmediatamente fue atendido, no por Pedro, si no por un par de Sankipankis (una especie de gigolós de muy baja clase social, pero que gustan de las extranjeras) los cuales intentaron con sus particulares y ridículos encantos seducir a estas jóvenes. Pronto, estos energúmenos fueron desechados.
Al ver esta acción, Pedro apretó fuertemente la botella de cerveza que estaba en su mano derecha, ya que se dio cuenta del llamado a la acción. Las opciones de cortejo eran limitadas, ya que en esta discoteca no había camareros y el hotel era de paquete “Todo incluido” por lo que mandar un trago o emplear una movida de este estilo era hacer el ridículo.
Al analizar las jóvenes, vio que bailaban, y se acerco a ellas e invito a bailar a las dos una música de ritmo electrónico y las jóvenes accedieron. Pedro domina desde temprana edad el idioma ingles, lo que facilito el poder conversar con ellas. Mientras bailaba con ellas vio cosas que no había notado en ninguna mujer, lo cual atribuyo a la nacionalidad. Entre tragos bailes y palabras deliciosas, Pedro hiso la invitación a la playa a seguir la “fiesta” en esta área, lo cual fue inmediatamente aceptado.
En la playa siguieron hablando, riendo y tocando temas apropiados para la hora. Ya a las 3 de la madrugada Pedro pensó que no había ningún tipo de actividad extra por la noche, por lo que opto por finalizar la jornada. Animo a las damas para acompañarlas a sus habitaciones y así paso. Pedro había olvidado un gran detalle, era que su habilidad en galantería ya había calado en las jóvenes y al llegar a la habitación de las jóvenes y despedirse, ambas en la puerta ya abierta de su habitación, comenzaron a besarse de forma apasionada frente a él. El quedo estupefacto por varios segundo. Luego tomo acción y agrando el dúo.
Inmediatamente pasaron a la cama donde las jóvenes hicieron todo por complacer cada uno de las retorcidas fantasías de Pedro. En todo este proceso las 3 de la mañana se convirtieron las 9. Nuestro amigo Pedro disfruto cada detalle de esta experiencia, tomo dedicación en indicar cada deseo, se dedico a tiempo completo en complacer a las canadiense de tal forma que lo que comenzó como un acto hedonista, termino en la semana como un raro amor y una medio enemistad de dos grandes amigas, ya que ambas querían quedarse con el macho.
En la semana Pedro impuso sus encantos y se percato que los había asumido de tal forma, que ya salían hasta sin el darse cuenta. Esto fue la primera vez que experimento el encanto de compartir el sexo con más de una mujer. Este encanto causo tal fascinación en el deseo seguir buscando esta gran experiencia y seguir siendo en las vidas de las mujeres con quien compartió, una gran hazaña.
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